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Historia Semana Santa

Semana Santa es la semana que abarca desde el domingo de Ramos hasta el de Resurrección, siendo originalmente llamada la "gran semana."

Orígenes.
El testimonio más antiguo para esta designación son la peregrina Eteria en el relato de sus viajes y la denominada Peregrinatio Silvis. En el relato de los viajes de Eteria, desde aproximadamente el año 385, hallamos una detallada descripción de las ricas celebracioneslitúrgicas por las que la "gran semana", comenzando con el domingo de Ramos, se distinguía en Jerusalén (en CSEL, xxxix, 78-92). De este relato se pueden extraer dos conclusiones: (1) Los usos litúrgicos, especialmente la costumbre de celebrar solemnemente esta semana antes de Pascua, deben su origen a la costumbre en Jerusalén; (2) en el tiempo cuando Eteria escribió, celebraciones similares debían ser desconocidas en occidente, ya que la costumbre en Jerusalén era evidentemente extraña y nueva para ella. La gran semana en el este se distinguía en primer lugar por el ayuno estricto, pero la costumbre no era tan uniforme; algunos ayunaban la semana entera, otros sólo tres o cuatro, o incluso dos, días, principalmente el viernes y sábado. Para el tiempo de Crisóstomo ya estaba prohibida toda diversión pública, cerradas todas las escuelas públicas, los presos sobreseídos, los esclavos beneficiados en muchas formas, especialmente mediante su liberación, y los pobres provistos de muchas limosnas. La Iglesia occidental adoptó el mismo nombre para esta semana; su designación oficial en la Iglesia católica es todavía hebdomada magna o major. Fue llamada también sancta. Se menciona en escritos litúrgicos ya en el siglo XII. La expresión alemana Karwoche (Karfreitag) se deriva de karen, "llorar, lamentar", por lo que denota una semana de llanto o lamento. Con los griegos la "gran semana" comienza el lunes, mientras que en occidente comenzó con el domingo de Ramos. Originalmente era así también en el este.

Procesión del Domingo de Ramos, de un pontifical francés, c. 1346-1378. Egerton MS 931, f. 255
Procesión del Domingo de Ramos, de un pontifical francés,
c. 1346-1378. Egerton MS 931, f. 255
Domingo de Ramos en el este.
La descripción más antigua de la celebración litúrgica de este día en Jerusalén en el siglo cuarto la proporciona la Peregrinatio Silviæ(CSEL, xxxix, 82 y sgg.). La festividad comenzaba a la una tras el mediodía en la Iglesia sobre el monte de los Olivos, con cánticosantifonales y diversas lecturas. La principal característica de la celebración eran las diversas procesiones de una iglesia a otra que tenían lugar, acompañadas por la aclamación repetida del pueblo: "Bendito el que viene en nombre del Señor." Los niños portaban ramas de palmas u olivos en sus manos y acompañaban al obispo, quien representaba al Señor subido en un asno. Efrén Sirio testifica que la misma procesión de palmas tuvo lugar ya en el siglo cuarto enEdesa. En el siglo quinto la festividad de las palmas se había difundido por toda Palestina. Ha de tenerse en cuenta que los testimonios más antiguos para la procesión de las palmas el domingo de Ramos guardan silencio sobre una consagración de las palmas, lo que demuestra que el domingo de Ramos fue considerado en su totalidad un día de gozo, no de lamento; más aún, el texto leído en ese día era Filipenses 4:4-9.

En el oeste.
En occidente no hubo originalmente tal celebración con ramos de palmas u otras especies ese día. Los testimonios occidentales más antiguos para el domingo de Ramos afirman que el ambiente respiraba enteramente el carácter de un domingo de Pasión, por lo tanto de lamento. Fue lo mismo en el tiempo de León Magno († 461), quien denomina a este domingo Dominica Passionis porque se leía la historia de la pasión. Con esto concuerda totalmente el hecho de que la peregrina española evidentemente, hasta ese tiempo, no conocía una procesión de palmas como la que vio en Jerusalén. El testimonio occidental más antiguo para la procesión de palmas y su consagración se halla en el Liber ordinum de la Iglesia visigoda (edición de Férotin, París, 1904). No hay duda de que este ceremonial español pertenece al tiempo visigodo, por lo tanto al siglo sexto. Debió ser en el curso del siglo quinto cuando la costumbre oriental, ya sea directa o indirectamente, penetró en España. Aparte de la consagración de las palmas, hay un indudable acuerdo entre la celebración española y la de Jerusalén, tal como está descrita en la Peregrinatio Silviæ. La consagración de las palmas es probablemente de origen occidental y al principio fue totalmente independiente de la celebración. Tal consagración era escasamente necesaria para la procesión, pero se creía que las palmas consagradas poseían el poder de exorcizar, echar enfermedades y proteger contra demonios, los relámpagos, el fuego y las tempestades. No se sabe en qué momento y lugar se combinaron la consagración de las palmas y la procesión. Uno de los más antiguos testimonios de una celebración especial el domingo de Ramos en occidente es un pasaje en la obra del obispo anglosajónAldhelmo de Sherbone, De laudibus virginitatis (MPL, lxxxix, 128). Él habla de una "solemnidad muy santa de las palmas." En la celebración de este día se cantaba antifonalmente el Benedictus qui venit in nomine Domini, en tono gozoso. Amalario de Metz testifica que las palmas del domingo de Ramos eran llevadas por las iglesias mientras se cantaba el Hosana (MPL, cv, 1008); no dice nada de la consagración de las palmas. A medida que avanzó la Edad Media la procesión procuró imitar tan fielmente como fuera posible la entrada de Jesús en Jerusalén. En el este, el obispo, como Cristo, montaba un asno o un caballo. Por otro lado, allí se desarrolló también la ceremonia de la consagración. No sólo las palmas eran consagradas, sino también flores, que eran llevadas en la procesión. Por lo tanto el domingo fue llamado también pascha floridumdominica florum et ramorumles pâques fleuries; día florido o Pascua florida. El mismo día se daba el símbolo a los participantes en diversos territorios de la Iglesia, como en los siglos quinto y sexto en Galia y España; por tanto el domingo de Ramos fue llamado en algunos lugares dominica o pascha competentium. En la Iglesia católica las siguientes observancias solemnes tienen lugar este domingo: (1) La consagración de las palmas; (2) la procesión; (3) la misa, con un carácter de lamento. En la Iglesia griega el domingo de Ramos no pertenece a la "gran semana", habiéndosele dado desde el principio un carácter festivo, no celebrándose la procesión, sino sólo la consagración de las palmas. En la Iglesia griega los nombres del día son similares a los de la Iglesia latina.

Lunes a jueves.
Lunes, martes y miércoles de la "gran semana" según la Peregrinatio Silviæ (CSEL, xxxix, 84 y sgg.) se distinguieron desde muy antiguo con servicios especiales. El martes en la vigilia el obispo leía el evangelio del día, Mateo 24:4 y sgg., sobre el monte de los Olivos, desde la cueva en la que el Señor solía enseñar a sus discípulos. El miércoles la vigilia tiene lugar en la iglesia de la resurrección; el presbítero lee el evangelio del día (Mateo 26:14-16), el relato de la traición, ante el cual la congregación emite grandes gritos de resentimiento. Las mismas lecturas todavía se usan en la Iglesia griega. Las misas de la Iglesia católica esos días son de un pronunciado carácter de pasión.

Un calvaire, de Jules Breton
Un calvaire, de Jules Breton

Sobre el Jueves Santo, en la descripción de la Peregrinatio Silviæ (CSEL, xxxix, 85 y sgg.) que da un relato detallado de la celebración de ese día en Jerusalén, ha de notarse que la escritora aparentemente no tenía un nombre especial ni para el Jueves Santo ni para los días precedentes y en segundo lugar, que este día se distinguía por una celebración general de la eucaristía, que tenía lugar en un sitio definido. Esto evidentemente constituye la celebración propia de este día, mientras que el servicio en la tarde ha de contemplarse como preparación para el viernes. La costumbre de celebrar la eucaristía ese día se extendió por todo el oriente.Agustín testifica de la misma costumbre en África en el siglo quinto. Una importante ceremonia el Jueves Santo fue el lavamiento de pies. El mismo día tenía lugar la readmisión solemne o reconciliación de los penitentes a la congregación, pero esta costumbre no fue universal en occidente. Ambrosio testifica de su existencia en Milán e Inocencio I en Roma. En la Edad Media esta costumbre desapareció. Otra costumbre de la antigua Iglesia en este día fue la consagración del crisma por el obispo. Originalmente esta consagración tenía lugar durante el acto del bautismo, pero cuando los obispos tuvieron que dejar el bautismo a los presbíteros reclamaron para sí mismos la consagración de la unción del aceite, ya en el siglo cuarto en Roma. Es muy probable que esos ritos fueran luego realizados el Jueves Santo, pues el bautismo tenía lugar poco antes de Pascua. La Iglesia católica usa todavía otra peculiar costumbre para este día, como por ejemplo, el canto del Tenebræ. Durante el servicio un gran candelabro, soportando ocho luces, arreglado en forma de triángulo, que denota a Cristo y los profetas que predijeron su venida, permanece en el santuario; las luces son una a una apagadas hasta que sólo la superior permanece, que es bajada y colocada bajo el altar hasta la terminación del oficio y luego llevada de nuevo a su lugar. Es también costumbre en este día para todos los clérigos comulgar. En la Iglesia griega en este día, además del lavamiento de pies de los peregrinos, tiene lugar la consagración del aceite. La derivación del término "Jueves Verde", designación alemana para el Jueves Santo, es incierta. Algunos la derivan de las hierbas verdes que se usaban para comer ese día con el fin de impedir enfermedades; otros, de los penitentes que eran readmitidos el Jueves Santo, y que, según ellos, fueron denominados"verdes"; según Keller el nombre se originó de los ornamentos eclesiásticos usados en Alemania en la misa de ese día, en contraste con los de otros colores usados en otros días de la "gran semana." Mientras que "Jueves Verde" y "Jueves Santo" son sólo designaciones populares, el nombre litúrgico que se le ha dado es Cœna Domini.

La salida del Cristo de la pasión, por José Jiménez Aranda
La salida del Cristo de la pasión, por José Jiménez Aranda
Viernes Santo.
Según los testimonios más antiguos este día tiene un carácter absoluto de lamento. Aparece en la interesante descripción de la celebración de este día en la Peregrinatio Silviæ (CSEL, xxxix, 87 y sgg.). El relato muestra cómo era costumbre el ayuno más estricto y la vigilia, descubriéndose un crucifijo y siendo reverenciado, consistiendo el servicio en la lectura de las Escriturashimnos y oraciones, pero no en la celebración de la eucaristía. La costumbre de la Iglesia griega difiere escasamente de la costumbre en la antigua Jerusalén, tal como está preservada en el relato de Silvia. LaDidascalia siríaca y las Constituciones Apostólicas exigían ayuno absoluto el Viernes y Sábado Santo. Hacia mediados del siglo tercero fue costumbre también en Alejandría abstenerse enteramente de alimento ambos días, aunque no incondicionalmente. La costumbre de occidente de guardar este día está relacionada estrechamente con la de oriente; el día es de absoluta aflicción y de estricto ayuno, habiendo una tendencia a limitar los servicios eclesiásticos tanto como sea posible. Juan de Nápoles, contemporáneo de Paulino de Nola († 431) testifica que administró la eucaristía en Jueves Santo, pero al siguiente día se dedicó enteramente a la oración, lo que muestra que en ese día no se celebraban misas. En algunas partes de España en el siglo séptimo las iglesias cerraban en Viernes Santo e incluso en el siglo noveno en Roma no se celebraba la comunión. No obstante, el Viernes Santo se distinguió siempre por una celebración peculiar. El servicio de duelo en la Iglesia católica consiste de cuatro partes: (1) Las lecturas; (2) las oraciones intercesoras; (3) el descubrimiento y la adoración de la cruz y (4) la celebración de la missa præsanctificatorum (misa "abreviada"). En la Edad Media era costumbre también un entierro solemne, que normalmente seguía inmediatamente a la adoración de la cruz, que era depositada en una sepultura "santa" en la tumba de la capilla cubierta con un tejido (sudarium) y en relación con ello se cantaban responsos, versículos y oraciones apropiadas. Esta costumbre se dice que surgió en el siglo X. La adoración de la cruz era seguida por la misa "abreviada", que consistía de lo siguiente: el Jueves Santo había dos hostias consagradas; una era comida por elsacerdote, la otra colocada detrás del cáliz, que ponía en un lado del altar. Esta hostia "presantificada" (de ahí el hombre latino) se llevaba el Viernes Santo en procesión por el sacerdote y todo el clero desde el lado del altar al altar principal. El origen de esta "misa de lo presantificado" está, sin duda, en el este, donde, en ciertos días de la semana, el "servicio de lo presantificado" todavía se celebraba, habiendo sido santificados los elementos el domingo anterior. El nombre litúrgico de Viernes Santo, especialmente entre los latinos, es "día de preparación." Entre los judíos es el nombre para cada viernes, al ser día de preparación para el sábado. Los cristianos, también, a veces designaron a cualquier viernes con esta expresión, pero finalmente lo restringieron al Viernes Santo. Los griegos llaman a este viernes como a cada día de la gran y santa semana, el viernes "santo y grande" o "la gran preparación." En un tiempo antiguo se designaba por "Pascua de crucifixión" en distinción a la "Pascua de resurrección" (Agustín, De trinitate, en MPL, xlii, 894). Los italianos lo llaman venerdi santo, los franceses vendredi saint, en el mundo angloparlante Good Friday. En Alemania, también usan el término "Viernes Blanco."

Sábado Santo.
En la Iglesia ortodoxa el "gran sábado" se estimaba más que el Viernes Santo. Hasta el momento de vísperas todavía lleva el carácter de lamento y seriedad; por lo tanto es un día de estricto ayuno. El servicio litúrgico en este día tiene un carácter especialmente dramático. Las ceremonias más importantes de la Iglesia católica en el Sábado Santo son la consagración del nuevo fuego, la consagración del cirio pascual, la consagración del agua, la letanía y la misa que, en una cierta extensión, todavía contiene huella de la penitencia y el lamento; pero esta misa es celebrada con ornamentos blancos y se canta el Gloria y el Aleluya. La lectura se refiere a la resurrección. El nombre litúrgico del Sábado Santo es Sabbatum sanctum; los italianos por lo tanto lo llaman sabato santo y los franceses samedi saint; los alemanes Ostersonnabend o Karsamstag y los angloparlantes Holy Saturday.

Uso protestante.
La Reforma luterana produjo la abolición general de las ceremonias católicas de la Semana Santa. Lutero tenía tan gran aversión contra ellas que en la Formula missæ de 1523 no menciona en absoluto la celebración. Por tanto, en Wittenberg esas costumbres debieron desaparecer en fecha muy temprana. Pero de los sermones de Lutero fechados los años 1521 y 1522 es evidente que en ese tiempo el Jueves y Viernes Santo se distinguían por servicios especiales con sermones en Wittenberg. Todos los abusos católicos en relación con la celebración de la Semana Santa fueron eliminados, pero las tradicionales perícopas evangélicas de la Pasión fueron seguidas. El orden de la iglesia de Wittenberg en 1533 prescribe incluso doble predicación para el Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado Santo. Es un tratamiento característico de los siglos XVI y XVII que el Jueves y Viernes Santo fueron tratados de igual valor, algunas veces considerados días semi-santos, otras totalmente santos; luego no son mencionados en absoluto como días especialmente celebrados, pero el Viernes Santo nuna es más valorado más que el Sábado Santo. La costumbre de celebrar la Semana Santa no fue uniforme en las primeras décadas de la Reforma. Había territorios en las que era celebrada tan fielmente como fuera posible en relación con las antiguas costumbres católicas. El Viernes Santo sólo gradualmente se desarrolló como fiesta completa. En la primera mitad del siglo XVII comenzó, en la estimación pública, a tomar precedencia el Jueves Santo. En la Iglesia reformada las regulaciones de Zwinglio tuvieron una influencia decisiva. Por tanto, el Jueves y Viernes Santo pertenecieron desde el principio a los días oficiales de la administración de la Cena. Se debe asumir que las costumbres y ceremonias de la Iglesia católica desaparecieron pronto en Zurich. En los territorios reformados alemanes el Jueves Santo es considerado un día semi-santo y el Viernes Santo un día completo. En la Iglesia anglicana toda la semana se distingue por servicios eclesiásticos especiales. El domingo de Ramos es en muchas iglesias estatales el domingo acostumbrado para la confirmación. El Jueves Santo no es en ninguna parte una fiesta legal, pero se caracteriza sólo por la celebración de la Cena. El Viernes Santo es generalmente una fiesta completa, celebrada con gran seriedad. En las iglesias evangélicas de Gran Bretaña y Estados Unidos, aparte de las ya citadas, las observaciones de la semana son pasadas por alto, aunque hay una tendencia muy decidida en varias denominaciones a hacer del Viernes Santo un día de servicio especial.

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